¿De qué tamaño es la alegría?

Foto de Solórzano Lemus en Caminito, Buenos Aires

La alegría se define de muchas maneras, pero para mucha gente la alegría tiene dos significados muy claros: El fútbol bien jugado y la música romántica y melodiosa.

Por José Medina

Este año 2020 se nos fueron dos representantes indisputables de la alegría genuina de las masas. Uno dejó las canchas de fútbol para siempre en noviembre; su nombre era Diego Armando Maradona. El otro, Armando Manzanero, desapareció de los escenarios en Diciembre. Maradona era argentino; Manzanero era mexicano, pero ambos recorrieron el mundo y llenaron estadios y teatros de alegría y regocijo.

Dos genios precoces 

Aunque nacieron con casi tres décadas de diferencia —1930 y 1960—, tanto Manzanero como Maradona ya a los ocho años lograban cosas que otros chicos de su edad no era capaces de imitar.

A los quince años Manzanero compuso su canción "Nunca en el mundo", de la que se han escrito más de veinte versiones en diferentes idiomas. A los quince años, Maradona ya hacia malabares con la pelota con cualquier parte del cuerpo. Como adolescentes, uno tocaba el piano y el otro tocaba la pelota mejor que muchos profesionales de mayor edad y experiencia.

Fue así como llegaron a crear una imagen internacional como pocos, a pesar de que ambos nacieron en comunidades humildes y sin las oportunidades que ofrecen las grandes urbes, y sin los contactos que ayudan a desarrollar el potencial innato. 

No hay que ser alto para ser grande

Nuestros dos desaparecidos eran de baja estatura. Manzanero medía 1.54 metros de estatura. Sin embargo, se convirtió en un gigante de la composición al escribir más de cuatrocientas canciones; cincuenta de las cuales alcanzaron fama mundial, como "Somos novios" y "Esta tarde vi llover". 

Su estatura romántica también se elevó más allá  de las nubes, cuando sus baladas fueron interpretadas por los ídolos de todos los tiempos, como Frank Sinatra, Elvis Presley, Perry Como, Placido Domingo, Andrea Boccelli y muchos más.

Además, con una trayectoria de más de sesenta y cinco años enamorando al público con su piano y sus canciones, su altura y fama internacional ha llegado a la luna y más allá.

Pequeño pero pícaro 

Peter Shilton, el portero de la selección inglesa del Mundial Mexico 86, tiene una estatura de 1.85 metros. Maradona, que se enfrentó contra la escuadra inglesa en ese mundial, solo tenía una altura de 1.65 metros. Es decir que había una diferencia de veinte centímetros en la estatura de ambos jugadores.

Pero eso no es todo. Cuando Shilton saltaba y estiraba el brazo con el puño cerrado, como lo hizo el 22 de Junio en el Estadio Azteca para tratar de despejar el balón en alto, en el juego que Argentina le ganó a Inglaterra 2-1, alcanzó una altura de más de dos metros. 

¿Cómo fue posible que Maradona que era más bajo que Shilton, saltara más de dos metros y anotara un espectacular gol de cabeza? 

En el instante en que sucedió esta jugada relámpago, todos los miles de espectadores en el estadio y los millones que la vieron por tevé, incluyendo al árbitro del partido y a los dos jueces de línea, creyeron que había sido un golazo.

Pero realmente había sido un gol anotado con la mano. Como dijera Maradona después del partido: “fue la mano de Dios”. Un gol sucio marcado por un pícaro jugador, que se las sabía todas para ganar. 

Pocos minutos después, ese mismo jugador mañoso, anotaría una segunda vez contra Shilton, el gol considerado el más espectacular de todos los goles marcados en los 116 años que tiene la FIFA. En 1986 se le llamó “El gol del siglo”.

Descansen en paz

Los dos dejaron recuerdos gratos y no gratos. Lo que no se puede negar es que ambos nos dieron, cada uno con su propio estilo, además de alegrías y emociones fuertes, algo que vale mucho: la convicción de que, con dedicación y perseverancia, la firme convicción de que nada es imposible. 

Descansen en paz estos dos grandes entre los grandes.

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